La otosclerosis es una de las causas más comunes de pérdida auditiva progresiva en adultos jóvenes. Esta afección, que afecta los huesecillos del oído medio, puede tratarse de distintas formas según el grado de pérdida auditiva y las características del paciente. Entre las opciones más habituales se encuentran el uso de audífonos y la cirugía (estapedectomía).
Pero ¿cuál es la mejor solución? En este artículo analizamos las ventajas y limitaciones de cada enfoque para ayudarte a entender qué tratamiento puede ser más adecuado en cada caso.
La otosclerosis es una enfermedad del oído medio que afecta principalmente a uno de los tres pequeños huesos encargados de transmitir el sonido: el estribo. En esta condición, el hueso del oído crece de manera anormal, lo que impide que el estribo vibre correctamente. Como resultado, el sonido no se transmite bien al oído interno, causando una pérdida auditiva progresiva.
Puntos clave:
Los síntomas más comunes incluyen:
El tratamiento puede incluir audífonos o una operación quirúrgica llamada estapedectomía, que busca restaurar la movilidad del sonido hacia el oído interno.
Tomar medidas proactivas para su salud es esencial, actúe ahora con una consulta gratuita para salvaguardar su salud auditiva.
Los audífonos son una opción no invasiva y muy eficaz para muchas personas con otosclerosis. Estos dispositivos amplifican el sonido y ayudan a compensar la pérdida auditiva provocada por la inmovilidad del estribo. Son especialmente recomendables en fases iniciales o cuando el paciente no es candidato ideal para la cirugía (por edad, condiciones médicas u otras razones).
Además, permiten una adaptación progresiva sin riesgos quirúrgicos y pueden ajustarse con el tiempo según evolucione la pérdida auditiva. Aunque no solucionan el problema de raíz, mejoran significativamente la calidad de vida.
La estapedectomía es una cirugía que consiste en reemplazar parcial o totalmente el estribo inmovilizado por una prótesis que puede vibrar libremente y transmitir el sonido de forma normal. Esta intervención tiene una alta tasa de éxito y puede restaurar de manera significativa la audición en muchos casos.
Sin embargo, como cualquier procedimiento quirúrgico, conlleva ciertos riesgos, como infecciones, vértigo o, en casos poco frecuentes, pérdida auditiva total. Suele recomendarse cuando la pérdida auditiva es más avanzada y el paciente está en buen estado general de salud.
La elección entre audífonos y cirugía depende de varios factores: el grado de pérdida auditiva, la edad del paciente, su estado de salud general y sus preferencias personales. En casos leves o moderados, muchas personas optan por los audífonos por ser una solución segura, no invasiva y ajustable.
Sin embargo, si la pérdida auditiva es significativa y el paciente busca una solución más definitiva, la cirugía puede ser una excelente alternativa. Es fundamental contar con la evaluación de un especialista en otorrinolaringología, quien podrá orientar la decisión según las características clínicas de cada caso.
¿Tienes síntomas compatibles con otosclerosis o dudas sobre cuál tratamiento elegir? Agenda una cita con nuestros especialistas y recibe una evaluación personalizada.
Mantente al día de las últimas noticias y consejos sobre salud auditiva y audífonos. Descubre todo lo que necesitas saber.
Tras una estapedectomía, la mayoría de los pacientes puede regresar a casa el mismo día de la cirugía. Es habitual experimentar una leve sensación de mareo, presión en el oído o alteraciones auditivas temporales durante los primeros días.
Se recomienda evitar mojar el oído, volar o realizar esfuerzos físicos intensos durante al menos dos semanas. La recuperación completa puede tardar varias semanas, y el oído operado se va estabilizando gradualmente, con una mejora auditiva progresiva.
Aunque la estapedectomía suele ser segura y eficaz, puede conllevar algunos efectos secundarios. Entre los más comunes se encuentran mareos, tinnitus (zumbido en el oído) o alteraciones en el sentido del gusto.
En raras ocasiones pueden presentarse complicaciones más graves como pérdida auditiva profunda, infecciones o daño al nervio facial. Por eso, es fundamental realizar una evaluación previa completa y contar con un especialista con experiencia.
En casos de otosclerosis, los audífonos pueden ser una excelente opción para mejorar la audición, especialmente cuando la cirugía no es viable o no se desea realizar. Los más recomendados suelen ser los audífonos retroauriculares (BTE) o los de receptor en el canal (RIC), ya que ofrecen una mayor amplificación y estabilidad sonora, ideal para las pérdidas de tipo conductivo que provoca esta condición.
Estos dispositivos pueden compensar eficazmente la disminución en la transmisión del sonido causada por la rigidez del estribo, ayudando al usuario a recuperar una audición funcional sin intervención quirúrgica. La elección del modelo dependerá del grado de pérdida auditiva y de las necesidades específicas de cada persona.
Colocar un audífono a una persona con otosclerosis puede presentar algunos desafíos específicos. Esta condición provoca una fijación anormal del estribo, uno de los huesecillos del oído medio, lo que impide la correcta transmisión del sonido.
Aunque los audífonos pueden ser eficaces para amplificar los sonidos, en algunos casos la pérdida auditiva puede progresar de forma irregular, lo que dificulta encontrar una configuración estable y óptima del dispositivo. Además, si hay una pérdida auditiva mixta (conductiva y neurosensorial), será necesario un ajuste más preciso.
Por eso, es fundamental que la adaptación del audífono se realice bajo la supervisión de un especialista en audición, que evaluará el tipo y grado de pérdida para asegurar el máximo beneficio.
¿Quieres volver a escuchar? Concierta una prueba de audición en un centro cercano de forma gratuita y sin compromiso. Deja tus datos para que nos pongamos en contacto contigo y llevemos a cabo una prueba de audición gratuita en tu ciudad.
Los beneficios de EarPros: