El vértigo postural es también conocido como vértigo posicional paroxístico benigno o VPPB. Es una sensación breve de mareo que afecta a gran parte de la población adulta. Por su alta incidencia, es muy importante conocer más sobre su diagnóstico y tratamiento.
Si bien se trata de un cuadro molesto para el paciente, a menudo sus consecuencias no son graves y pueden minimizarse o eliminarse con maniobras y acciones simples.
El vértigo posicional paroxístico benigno o VPPB se presenta como una sensación de vértigo, una falsa ilusión de movimiento del entorno de quien lo padece. Quien lo sufre siente que todo gira a su alrededor, o que él mismo se está moviendo o girando como en una montaña rusa.
Este tipo de vértigo se manifiesta en episodios que duran solo unos segundos. Casi siempre se origina en determinados movimientos o cambios de posición, que involucran específicamente a la cabeza.
El VPPB es una de las causas más comunes del vértigo, y puede manifestarse de manera leve a intensa. Suele desencadenarse al inclinar o girar la cabeza, al acostarse e, incluso, al sentarse en la cama.
La sensación de vértigo postural es bastante molesta, pero rara vez es grave. Puede preocupar a personas mayores y sus seres queridos si ocasiona el peligro de caídas y golpes. Para evitarlo, es importante informarse y actuar para reducir los riesgos.
La causa subyacente del VPPB está relacionada con los otolitos, también conocidos como "cristales" del oído. Los otolitos son pequeños cristales de carbonato de calcio que se encuentran en el oído interno, específicamente en el utrículo y el sáculo, estructuras que forman parte del sistema vestibular encargado del equilibrio. Normalmente, estos cristales se adhieren a una membrana gelatinosa en el utrículo y sáculo, ayudando a detectar la gravedad y el movimiento lineal.
En el VPPB, algunos de estos otolitos se desprenden de la membrana y se desplazan hacia los canales semicirculares del oído interno. Cuando los otolitos se mueven dentro de estos canales, interfieren con el flujo normal del líquido (endolinfa) y estimulan las células sensoriales de manera inapropiada. Esto envía señales erróneas al cerebro sobre la posición y el movimiento de la cabeza, provocando la sensación de vértigo. El vértigo se experimenta como una intensa sensación de giro o de movimiento, que puede ser muy desorientadora.
Para reconocer si la sensación de mareo o movimiento es un caso de vértigo postural, es posible identificar algunas particularidades.
Los episodios de vértigo postural tienen las siguientes características:
Además, los episodios del vértigo postural paroxístico benigno pueden involucrar algunas de las siguientes situaciones:
El diagnóstico se realiza en una consulta médica. Habitualmente, incluye una exploración física y una serie de preguntas. Cuanto más clara y completa sea la información que se le ofrece al especialista, más apropiado será el tratamiento y mejores los resultados.
Entre las maniobras que el médico llevará a cabo destaca la de Dix-Hallpike. En la misma, el especialista solicita al paciente que se siente en la camilla con la mirada hacia el frente. A continuación, se le pide que gire su cabeza hacia el lado del oído examinado, para luego indicarle que se acueste. Este examen simple se repite con los dos costados de la cabeza.
La maniobra busca ocasionar la sensación de vértigo y sirve para que el médico identifique movimientos oculares llamados nistagmos. Una vez concluido el examen, el especialista determinará el tratamiento específico para el paciente, o bien continuará con más pruebas.
Algunas otras maniobras y exámenes que se pueden solicitar para este diagnóstico incluyen:
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Uno de los tratamientos más comunes y eficaces para el vértigo postural es la llamada maniobra de Epley. La misma involucra una serie de movimientos de la cabeza que apuntan a aliviar las sensaciones del vértigo. Si los síntomas reinciden, es posible repetir la maniobra.
Existen otros ejercicios y maniobras para el tratamiento de esta clase de vértigo. Entre ellas, destacan:
Complementariamente, el especialista puede indicar otros ejercicios como la terapia de equilibrio. La maniobra indicada por el médico dependerá, por supuesto, de los resultados del diagnóstico previo.
También pueden emplearse medicamentos para reducir las sensaciones de vértigo, como los antihistamínicos, los anticolinérgicos y algunos sedantes hipnóticos. Sin embargo, las maniobras mencionadas anteriormente son más eficientes ante estos episodios.
La prevención del vértigo postural no tiene mayor complejidad. Como se ha dicho, el desencadenante es siempre un movimiento o un giro realizado con la cabeza. Lógicamente, para evitar un episodio de vértigo, el consejo será evitar aquellas posiciones y movimientos que lo causan.
Aunque suene sencillo, evitar esas posturas puede ser dificultoso. Muchas personas sufren episodios al acostarse, por lo que solo pueden atinar a realizar movimientos suaves en esos momentos.
También es importante controlar la ansiedad y el estrés, ya que pueden influir de manera negativa en algunos casos de vértigo.
Aunque las estrategias de prevención sean limitadas, sí se pueden reducir los daños colaterales del vértigo. Tomar una serie de recaudos ayudará a evitar mayores consecuencias a causa de una caída, por ejemplo.
Ante un episodio de vértigo, es recomendable:
Después de un episodio, se aconseja: